Primero que todo, partamos con una imagen:
Esta foto recorrió pantallas de teléfonos y computadores ¿La vieron, cierto? Todo por causa del cartel de artistas de Rock en fiiS 2015, festival de ROCK que incluyó a Manuel García, Francisca Valenzuela, Javiera Mena, Camila Moreno y Marineros. Eso fue el 22 de octubre, enmarcado en un encuentro de innovación y cosas extra musicales, pero que en el colectivo de las redes sociales será recordado principalmente por la crítica que surgió espontáneamente o no tanto, y que nos decía, “¡Hey, este festival no es de rock, es de POP, algo que está prohibido para los rockeros!”.
Si decimos las cosas como son, no sorprende ver que la gente haya reaccionado compartiendo, comentando y denostando a los artistas que aparecen en el cartel, siendo bastante agresivos en imponer los límites inquebrantables del rock y definiendo, en su irrompible actitud de personas sólidas y rudas, quienes pueden llamarse rockeros, o no.
¿Podemos definir qué vertiente representa un artista? ¿Existe relación entre lo que nosotros creemos frente a lo que nos proponen musicalmente? ¿El rock tiene un límite establecido e intraspasable por otros estilos más “populares”?. En este contexto, parece muy extraño que nuestro país, muy avanzado y abierto en ciertas cosas, esté tan mentalmente limitado a aceptar algo tan simple como el nombre de un festival y se genere un ruido excesivo y agresivo para/con los artistas que, si bien no son la definición del rock per se, son músicos y por lo tanto pueden autodefinirse como quieran, o “vender” lo que deseen.
Es terrible ver como se intenta encasillar el rock en un sitio delimitado y también es espeluznante como los “rockeros-metaleros-thrasheros-cerveceros” definen qué es y lo que debe ser un estilo. Ya lo mencionamos antes en un artículo llamado “El Rock y el excesivo uso de etiquetas”, donde se usan clasificaciones extremas y divisiones tan irrisorias que nos dejan perplejos como oyentes de una diversidad musical mucho más amplia, porque sí, en Chileanskies escuchamos de todo. Siempre es bueno salir de la zona de confort y atreverse con sonidos nuevos y otros estilos; de esa forma nació el rock, y solo así nacerán las próximas revoluciones.
Abrirse a escuchar cosas nuevas es una actitud personal e intransferible. Desde el punto de vista de quien escribe, por curiosidad he intentado en varias ocasiones ir a conciertos que no son “mi onda” y he salido gratamente sorprendido. Camila Moreno es un claro ejemplo de alguien que tiene mucho más rock y pasión de lo que algunos chascones nos manifestaron en los pasados The Metal Fest, mostrando un carácter visceral y profundo. Lo importante de esto es que nunca, NUNCA deja de ser una decisión propia el ir y conocer antes de juzgar si un artista es o no “rockero”. No se deje llevar por las masas por favor.
Es importante que veamos “la música”, como concepto, desde una vereda un poco más neutral, ya que es una válvula de escape y, como tal, es tan diversa como las personas que la componen. Nuestra interpretación del rock puede ser sesgada, pero no por eso tildaremos de mediocres o faltos de rock a Angel Parra que acompaña a Manuel García, a Javiera Mena que tiene más personalidad e identidad que las bandas neutrales del under rockero santiaguino, o a Francisca Valenzuela que, en su delicado pop teenager, toca mejor la guitarra y el piano que los metaleros que intentan hacer un cover de “Fear of The Dark” y les sale como el hoyo horrible.
Por solo poner un ejemplo, la madurez musical de los artistas británicos surge del caos y de las mezclas, ¿qué podríamos pensar de alguien que le dice a David Bowie que le falta rock? Ni hablar de que The Beatles, quienes con su “Beatlemanía” sentaron las bases de lo que el pop es actualmente.
El rock es mucho más que tirar unos riffs al aire. Por eso, infórmese y escuche antes de opinar sobre el resto, no se ponga barreras innecesarias y, lo más importante, no limite a los demás.
Esperamos sus comentarios, para ver su impresión de hasta dónde llega el rock para usted.
Jorge m/
16/11/2015 at 13:43
si bien puedo estar de acuerdo con lo que plantea la columna, igual el cartel de ese festival me parece una soberana mierda, sólo falta Gepe y ya sería la creme de la creme mierdosa 🙂