En el año 2010, Chile era un país al cual se le presentaban una serie de desafíos a nivel social y gubernamental: Un terremoto, la vuelta de la derecha al gobierno después de 20 años y el rescate de 33 mineros. Era el comienzo de la era de la música digital, y varios de nosotros nos encontrábamos horas al día buscando algún torrent en Rutracker para descargar el último álbum de nuestras bandas preferidas, porque seamos sinceros, por algún motivo siempre llegaban a Rusia primero.
En lo personal era un estudiante de 22 años, y hace 10 años recién se estaba abriendo masivamente el mercado de conciertos en Chile, por lo cual era complicado tener los recursos para asistir a los shows de artistas que se estaban acercando al país. Pero uno sin dudarlo realizaba el esfuerzo, y a veces haciendo filas, conseguías la recompensa al sacrificio: una entrada que recién sería efectiva en 3 meses más. Todo para saber que otro espectáculo se abriría por lo pronto, y así poder empezar el ciclo una vez más.
A lo largo del tiempo nos hemos encargado de cultivar leyendas urbanas acerca de la música, porque admitámoslo, nos gusta creer cosas que sabemos que son muy poco probables: como Pink Floyd en el Valle de la Luna, un concierto de Tool en Chile, que Julio Iglesias llamara a su hijo “Chile”.
Una de esas leyendas fue cultivada por alrededor de 10 años por un periodista del Diario El Mercurio (miente), en donde se aseguraba que luego de la reunión de Rush tras los terribles acontecimientos en la vida de Neal Peart y el lanzamiento de ‘Vapor Trails’ (2002), el trio canadiense finalmente se presentaría en Sudamérica, y por supuesto, en Chile. Tales sucesos nunca ocurrieron, y solo los brasileños tuvieron la oportunidad de apreciar a la banda en su glorioso regreso. Y nada fue distinto para los tours ‘R30’ y ‘Snakes & Arrows’, falsas noticias del debut en Chile que siempre quedaban en nada.
El año 2010 nos llegaba la noticia de que Rush lanzaba como single las canciones “Caravan” y “BU2B”, como parte de su próximo álbum ‘Clockwork Angels’ y que realizarían la gira denominada ‘Time Machine Tour’, que como gran agregado incluiría en el setlist el esencial ‘Moving Pictures’. Para nosotros nada nuevo, salvo que a fines de junio de 2010 se filtraría una imagen que nos podría en estado de alerta y que reavivaba la esperanza de que finalmente la banda recalara en nuestro país:
La larga y oculta fanaticada nacional se encontraba expectante ante cualquier comunicado oficial, hasta que finalmente en agosto de 2010 se confirma la esperada noticia:
Sí, era oficial, y obviamente que nos agolpamos en las tiendas de la extinta Ticketmaster y finalmente teníamos nuestra recompensa. Luego de tantas decepciones, intentos fallidos, humo de la prensa escrita y las 5 canciones que ponen siempre en la Futuro; veríamos a Geddy Lee, Alex Lifeson y Neil Peart en el Estadio Nacional.
Los dos meses se harían eternos, pero no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague; la espera para mí al menos fue 10 años, para otros fueron más de 30 y unos tantos que quizás solo fueron porque sería la oportunidad de verlos en vivo. Alrededor de 40.000 almas se acercaban en peregrinación al coloso de Ñuñoa, algunos arrodillados entraban en la cancha, otros con lágrimas en los ojos porque el sueño se había cumplido y el día había llegado, sólo faltaban horas para ver a una de las bandas de nuestras vidas en el escenario.
Podría pasarme varias horas contando mi experiencia en el concierto, pero una de las cosas que más me marcó fue compartir con un fan de Antofagasta, el cual iría el 2002 a Brasil a presenciar a la banda en el concierto que hoy es recordado por el álbum en vivo ‘Rush in Rio’, pero que desgraciadamente, días antes de partir, tuvo la pérdida de un familiar muy cercano por lo cual se le hizo imposible viajar.
Las luces se apagan, y ya sabemos lo que viene, un video introductorio de alrededor de 5 minutos en los cuales aparecían Geddy, Neil y Alex representando una historia ficticia alrededor de un aparato llamado “GeFilter”, el cual al hacerlo funcionar podía permitirles viajar en el tiempo. Ya al final del video, sentimos que el momento había llegado y el Estadio Nacional ruge al escuchar los primeros momentos de “The Spirit of Radio”. Gritos, saltos y llantos eran las expresiones que acompañaban a los fans, algunos con varias canas y otros con menos edad, pero suficiente como para poder estar en cancha y poder ver algo del escenario.
El primer set del concierto fue un recorrido por su extensa discografía: Clásicos como “Freewill”, “Marathon” y “Subdivisions”, y temas de sus más recientes épocas como “Workin’ Them Angels”, “Faithless” y “BU2B”. Aún con el recuerdo presente de los mineros que habían logrado salir de la Mina San José hace unos días atrás, Alex Lifeson lucía en su guitarra Gibson un vistoso 33 a manera de homenaje. Por su parte, Geddy Lee, dedicaba “Stick it Out” a los sobrevivientes de la tragedia.
En lo concreto, era tal el nivel de entusiasmo por ver a esos tres tipos en el escenario, que cualquier cosa que se les ocurriera interpretar, hubiese sido excelentemente recibida. Y no se trata de poner de poner en el tapete que deberían haber hecho un tour de “lados B”, sino que, el público sudamericano vive y recibe la música de formas, a veces, inentendibles para los músicos del otro lado del mundo. Es el fenómeno que surge cuando una banda de culto visita el país, ya que tu intención no es para escuchar un set de canciones en específico, sino que estar ahí y verlos tocar lo que se les antoje.
Tras un receso y un nuevo video introductorio se presentaba el plato fuerte de la noche: el legendario álbum ‘Moving Pictures’ (1981) interpretado íntegramente. Uno como fan, tiene momentos que son imborrables, que generan que te quedes sin voz y que te preguntes si lo que está pasando es real. Cada canción del álbum tenia un video introductorio, por lo cual los estruendos se escuchaban de inmediato al hacer la relación con las canciones. Pero había un tema en particular que el fan de Rush anhelaba hace décadas poder escuchar y que no había sido interpretado por la banda desde el tour del álbum ‘Signals’ (1983).
“The Camera Eye” fue sacada de los setlist pese a que siempre a sido una de las favoritas de los fans, y precisamente en este tour fue sacada del baúl de los recuerdos. Muchos fans vieron cumplir sus expectativas a estas alturas del show, que recién llevaba un par de horas y que todavía faltaba mucho por entregar.
La maravillosa “Witch Hunt”, el cierre con “Vital Signs” y el despliegue de la famosa araña de iluminación, la cual funcionaba con su propio generador dado el gran consumo que requería para su funcionamiento, daban conclusión a esta rendición de la recordada placa, y que también daría origen a un álbum en vivo el cual resume la interpretación de ‘Moving Pictures’ en este tour.
Sale a escena otra canción nueva, “Caravan”, para dar paso a uno de los momentos más esperados de la noche: el solo de batería de Neil Peart. Cada uno podrá tener una visión distinta de este momento, pero los que estuvimos presentes esa noche, lo recordamos y apreciamos aún más el día de hoy, dada su sensible partida a principios de este año. Toda una generación de bateristas y air-drummers rindiéndose a los pies de uno de los músicos más respetados e influyentes de la historia, y todo un Estadio Nacional en silencio contemplando los qué haceres de un fuera de serie.
La popular “Closer to the Heart”, las dos primeras secciones de “2112”, “Far Cry”, “La Villa Strangiato” con una intro versión Polka y “Working Man” con intro versión Reggae darían el cierre final a uno de los conciertos más recordados de la década pasada, y que a la larga sería debut y despedida, pero que vivirá por siempre en la memoria de los fanáticos de la música en general. Si uno considera a Rush como una banda de Rock Progresivo, muy probablemente fue y será la única vez que una banda de este estilo se haya tomado el recinto ñuñoíno.
Rush en Chile: una verdadera oportunidad única
Describir la sensación de la música y como impacta en 40.000 espectadores es un ejercicio muy complicado de realizar, muchos llegan a determinada banda por uno u otros motivos, pero sin duda alguna este arte evoca lugares, recuerdos buenos y malos, sensaciones de toda una vida. Rush siempre ha sido una banda que acompañó a un determinado grupo de personas, y no en un sentido elitista, sino en personas que encontraban un cierto grado de pertenencia en la música expuesta y en las letras escritas por Neal Peart.
Pero describir la sensación de un fan chileno, que nunca en su vida ha visto a una de sus bandas favoritas, es una de las experiencias más gratificantes que me ha tocado vivir. Una noche con un sin número de risas sin control, ojos llorosos, gritos ensordecedores, luces recorriendo tu rostro y la satisfacción de ver a Geddy Lee, Alex Lifeson y Neil Peart un 17 de octubre de 2010. Un puñado de composiciones trascendentales y una presentación que lamentablemente no podremos repetir, pero que quedó grabada a fuego en cada uno de los que estuvimos ahí y que atesoraremos por el resto de nuestras vidas.